

Pastoral Social fortalece su compromiso con la educación en Buenaventura.
El padre Faunier Trujillo Trejos, director de la Pastoral Social, llevó a cabo una jornada de entrega de útiles escolares en la parroquia Divino Niño, ubicada en el barrio El Cinco de Buenaventura, así como en la Institución Educativa La Anunciación. Esta iniciativa benefició a los niños y niñas en condición de mayor vulnerabilidad, reafirmando el compromiso de la Pastoral Social con la comunidad.
En este contexto, el padre Faunier resaltó el trabajo que viene desarrollando la Pastoral Social de la Diócesis de Buenaventura, bajo el liderazgo de monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, destacando la importancia de la labor pastoral en la promoción de la dignidad y el bienestar de los más necesitados.
Su labor pastoral también incluyó el acompañamiento espiritual a quienes enfrentaron dificultades, brindando consuelo y orientación durante su tiempo en Puerto Merizalde. Monseñor Jaramillo Montoya fue un faro de esperanza para muchos, recordándoles que en la fe se encuentra la fuerza para superar cualquier adversidad. Las oraciones comunitarias y los momentos de reflexión fueron espacios donde los habitantes de Puerto Merizalde se unieron en un mismo propósito: vivir con amor y solidaridad.
Un aspecto destacado de su misión fue el homenaje a Monseñor Bernardo Merizalde, fundador de este territorio, reconociendo su legado y contribución a la comunidad. Además, se llevó a cabo la recuperación de este bello parque por parte de la parroquia, bajo la dirección del querido padre Erlin Jesús Garcés, quien trabajó incansablemente por el bienestar de todos.
En cada celebración religiosa, se sintió una conexión profunda entre los fieles, quienes compartieron sus alegrías y preocupaciones, apoyándose mutuamente en su camino espiritual. La iglesia se convirtió así en un punto de encuentro donde se fomentó el sentido de comunidad y pertenencia.
El mensaje central de Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya fue claro: vivir en fe y esperanza es fundamental para enfrentar los desafíos de la vida. Su misión pastoral en Puerto Merizalde resaltó la importancia de mantener una vida espiritual activa, recordando que cada uno tiene un papel valioso en el tejido de la comunidad.





