La Misión Pastoral de Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya en Puerto Merizalde.

La Misión Pastoral de Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya en Puerto Merizalde.

Puerto Merizalde es un lugar donde la fe y la espiritualidad son parte fundamental de la vida cotidiana de sus habitantes. En este entorno, Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya realizó un recorrido significativo en su misión pastoral, centrado en el amor, la esperanza y el servicio a Dios.

Monseñor Jaramillo Montoya trabajó para fortalecer los valores cristianos entre los feligreses, promoviendo una vida de fe activa y comprometida. A través de misas y encuentros comunitarios, alentó a los miembros de la comunidad a profundizar su relación con Dios y a vivir según los principios del evangelio.

Su labor pastoral también incluyó el acompañamiento espiritual a quienes enfrentaron dificultades, brindando consuelo y orientación durante su tiempo en Puerto Merizalde. Monseñor Jaramillo Montoya fue un faro de esperanza para muchos, recordándoles que en la fe se encuentra la fuerza para superar cualquier adversidad. Las oraciones comunitarias y los momentos de reflexión fueron espacios donde los habitantes de Puerto Merizalde se unieron en un mismo propósito: vivir con amor y solidaridad.

Un aspecto destacado de su misión fue el homenaje a Monseñor Bernardo Merizalde, fundador de este territorio, reconociendo su legado y contribución a la comunidad. Además, se llevó a cabo la recuperación de este bello parque por parte de la parroquia, bajo la dirección del querido padre Erlin Jesús Garcés, quien trabajó incansablemente por el bienestar de todos.

En cada celebración religiosa, se sintió una conexión profunda entre los fieles, quienes compartieron sus alegrías y preocupaciones, apoyándose mutuamente en su camino espiritual. La iglesia se convirtió así en un punto de encuentro donde se fomentó el sentido de comunidad y pertenencia.

El mensaje central de Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya fue claro: vivir en fe y esperanza es fundamental para enfrentar los desafíos de la vida. Su misión pastoral en Puerto Merizalde resaltó la importancia de mantener una vida espiritual activa, recordando que cada uno tiene un papel valioso en el tejido de la comunidad.