Nuestra Historia
La Diócesis de Buenaventura (en latín: Dioecesis Bonaventurensis) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en Colombia, con sede en la ciudad de Buenaventura y que hace parte de la provincia eclesiástica de Cali.
La Diócesis está conformada por las 24 parroquias existentes en el municipio de Buenaventura, tanto en la zona urbana como en sus corregimientos. Su territorio limita al norte con la diócesis de Istmina-Tadó, al noreste con la diócesis de Palmira, al oriente con la arquidiócesis de Cali, al sureste con la arquidiócesis de Popayán, al sur con el vicariato apostólico de Guapí, y al occidente con el océano Pacífico.
Reseña Histórica
El 14 de noviembre de 1952, por medio de la bula Provida mater Ecclesia del papa Pío XII se estableció el vicariato apostólico de Buenaventura, con territorio desmembrado de la diócesis de Cali (ahora Arquidiócesis) y la prefectura apostólica de Tumaco (hoy diócesis). En ese entonces solo existían las parroquias de San Buenaventura (diócesis de Cali), y la de Puerto Merizalde (prefectura de Tumaco). La nueva circunscripción eclesiástica tenía entonces una extensión de unos 7000 km², cerca de 50.000 habitantes y fue encomendada a los Misioneros Javerianos de Yarumal.
El 24 de marzo de 1953 fue nombrado primer vicario apostólico de Buenaventura monseñor Gerardo Valencia Cano, M.X.Y., hasta entonces prefecto del Vaupés (prefectura apostólica de Vaupés). Mons. Valencia estableció las primeras cuatro parroquias del Vicariato, e impulsó el desarrollo de la educación fundando los principales colegios de la ciudad, además trajo las primeras comunidades religiosas y realizó una gran labor social.
Al fallecimiento de mons. Valencia Cano, la Nunciatura Apostólica designó al padre Antonio Ruiz, M.X.Y., como administrador del vicariato durante la vacancia, labor que desempeñó hasta el 8 de abril de 1973. El 29 de enero de 1973 la Santa Sede nombró a mons. Heriberto Correa Yepes como sucesor en Buenaventura de mons. Valencia Cano. El 8 de abril tomó posesión en la catedral de Buenaventura y fue vicario apostólico hasta 1996, quien a la edad de 80 años se retiró del gobierno pastoral.
El 30 de noviembre 1996 el vicariato apostólico fue elevado a diócesis por la bula Ministerium apostolicum del papa Juan Pablo II. En esa misma fecha es nombrado mons. Rigoberto Corredor Bermúdez como obispo diocesano y tomó posesión el 15 de febrero de 1997. El 29 de abril de 2004 es nombrado como nuevo obispo mons. Héctor Epalza Quintero. Hacia el 2017 las organizaciones sociales lideraron el paro de Buenaventura. Ese año fue nombrado Obispo, Rubén Darío Jaramillo Montoya.
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